DESAYUNO FANTASÍA

Dicen que el desayuno es la comida más importante del día (aunque es tan importante como cualquier otra) pero es, con frecuencia, la que peor hacemos. Desayunar bien no está reñido con el tiempo y la receta que os planteamos hoy lo prueba. En 10 minutos listo. El caramelo de dátil lo puedes dejar preparado el día antes (¿¿caramelo de dátil?? Síí, ya verás). Vais a repetir seguro.
INGREDIENTES:
  •  8 cucharadas de copos de avena
  •  2 vasos (250 ml) de leche vegetal (almendra, avena...)
  • Un puñado de almendras picadas
  •  Caramelo de dátil (opcional)
  •  Canela
  •  Cacao en polvo sin azúcar


PREPARACIÓN:

1. Para el caramelo de dátil, pon en remojo unos 10 ó 12 dátiles durante unas 4 horas o durante la noche. Mientras más blanditos, más fácil te será hacer el caramelo.

2. Pon los dátiles (quítales el hueso antes) en una batidora o procesador de alimentos con un poquito del agua del remojo. Añádesela a pequeñas cucharadas mientras bates hasta obtener la consistencia deseada.

3. En un cazo pon la leche vegetal a calentar, añade entonces los copos de avena y la canela. Cuece a fuego lento unos 8 minutos, según lo espeso que lo quieras, removiendo de vez en cuando para que no se pegue en el fondo.

4. Sirve calentito en unos boles y ponle encima una cucharada de caramelo de dátil. Espolvorea con la almendra molida,  más canela si quieres y un poquito de cacao



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¿Sabías que...?
En muchos países este desayuno es un clásico (Oatmeal en Estados Unidos y Porridge en Reino Unido).
Aparte de las vitaminas del grupo B, zinc, magnesio, proteinas y ácidos grasos no saturados la avena tiene una proporción de fibra alimentaria especialmente elevada. Esta propiedad provoca sensación de saciedad, pero por otro lado, por su especial estructura de almidón es fácil de digerir. Este grano, también es rico en beta-glucanos que ayudan a reducir el nivel de colesterol en la sangre y por consiguiente a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. El ácido oleico y linoleico presente en la avena es importante para la función de algunos órganos, como por ejemplo, distintas partes del cerebro y la retina.

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